todo irá bien
Querido Alberto
No es plegarse a Pedro Sánchez que Feijóo apoye al presidente del Gobierno cuando la nación necesita avanzar en una dirección determinada
Estáis cansados y yo os entiendo
Se rompe España
El debate sobre si Feijóo ha de ceder a la envolvente de Sánchez sobre el gasto militar está desenfocado. Feijóo no ha de ceder ante nadie sino hacer lo que considere oportuno y positivo para España. Uno que aspira en serio a regir el ... destino de una nación ha de servirla siempre y más allá del cálculo partidista. Que Pedro Sánchez sea especialmente mezquino no puede generar una mezquindad de vuelta, sobre todo si queremos continuar diciéndole que somos mejores que él.
Alberto Núñez Feijóo tiene que prestar el apoyo que en conciencia crea necesario para el bienestar de los españoles y oponerse a lo que pueda perjudicarnos. El presidente Rajoy tuvo que subir dramáticamente los impuestos cuando había prometido bajarlos, e hizo bien en incumplir su promesa, un bien con el que sus adversarios le atacaron pero le dio igual. Manuel Fraga fue un oportunista recomendando la abstención en el referendo sobre la OTAN para debilitar a Felipe González, que acertó cambiando de opinión cuando se dio cuenta como presidente de que antes había estado equivocado. ¿Cuántas leyes 'sanchistas' revocará el líder del PP si algún día manda? Aznar, tan grave hoy, y que votó contra la Constitución por las –según él– demasiadas concesiones autonomistas, acabó con el servicio militar obligatorio y los gobernadores civiles a petición de Jordi Pujol. Al no gobernar el PSOE, nadie dijo que el Estado estaba desapareciendo de Cataluña.
No es plegarse a Pedro Sánchez que Feijóo apoye al presidente del Gobierno cuando la nación necesita avanzar en una dirección determinada. Tampoco cede ante Vox si asume sus planteamientos interesantes, o si cuando sea presidente adopta las medidas sobre inmigración que juzgue más convenientes, aunque entren en contradicción con lo que piensa ahora o le acusen de fascista. Feijóo ha de dar por descontado que le van a acusar de cualquier cosa y de la contraria, y el desafío de equilibrar su base tradicional con la necesidad de atraer a los votantes más exaltados no se resuelve atacando o imitando a Vox sino encontrando su voz propia y un proyecto político de vocación mayoritaria que supere el actual muro entre españoles buenos y malos, y esa aceleración contra todo lo que suene catalán de la que luego y tan aparatosamente hay que bajarse.
Querido Alberto, si quieres ser presidente empieza a actuar como tal. Te rebajas inútilmente si te mides con Sánchez o con Abascal, con Bildu o Puigdemont. Te tienes que medir sólo con tu idea de España y con nosotros. Con tu deseo de un mundo mejor y con nuestras vidas pequeñas y trágicas. En la profunda angustia y soledad que el ejercicio del poder implica, has de poner acentos de luz en lo que crees y estar atento a la evolución de los acontecimientos para ayudarnos, a cada momento del modo más eficaz posible, a mantenernos fuertes, sanos, seguros y libres.
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